Perro
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¿Cuáles son las mejores croquetas para perro? Aquí te enseñamos cómo elegirlas.

Cuando se trata de alimentar a nuestros perros, la mayoría de las croquetas comerciales cumplen con los requisitos mínimos establecidos por organismos como la AAFCO (Association of American Feed Control Officials) y, en algunos casos, el NRC (National Research Council). Esto significa que esos productos están formulados para garantizar la supervivencia y una salud básica. Pero si lo que buscamos es bienestar óptimo y salud a largo plazo, necesitamos mirar más allá de lo básico.
Sí, ese costal que venden afuera de tu veterinario de confianza puede parecer conveniente… pero no siempre significa calidad. Elegir buenas croquetas no es solo cuestión de marca o precio, es cuestión de información.
Aquí te explicamos cómo tomar decisiones informadas al elegir el alimento seco ideal para tu perro.
🔍 ¿Qué significa “croqueta de calidad”?
Una croqueta de calidad no solo alimenta, sino que nutre y protege. Va más allá de cubrir requerimientos mínimos y busca apoyar aspectos como el sistema inmune, la digestión, la energía diaria y la salud de piel, pelo y articulaciones. Para identificar si una croqueta cumple con este estándar, revisa lo siguiente:
1. Evita colorantes artificiales
Los perros no eligen su comida por el color, ni lo necesitan. De hecho, su percepción del color es limitada en comparación con la nuestra, ya que no distinguen la misma gama cromática. Para ellos, lo más importante a la hora de comer es el aroma: el olor es lo que realmente despierta su interés y apetito. Por eso, los pigmentos añadidos que hacen que las croquetas parezcan más "bonitas" o "naturales" a nuestros ojos no cumplen ninguna función nutricional ni sensorial para ellos.
Estos colorantes están diseñados únicamente para influir en nosotros, los humanos, apelando a la percepción visual de que un alimento con tonos verdes tiene vegetales, o que uno con tintes rojizos tiene más carne o proteína. Es una estrategia de marketing visual para convencernos de que estamos comprando un producto más saludable, cuando en realidad puede ser todo lo contrario.
Lo más preocupante es que algunos de estos colorantes artificiales están relacionados con riesgos reales para la salud de nuestras mascotas. Se ha documentado su asociación con alergias, alteraciones gastrointestinales, problemas de comportamiento e incluso condiciones más graves a largo plazo. Por ejemplo:
🔴 Si ves en la etiqueta nombres como "Red 40", "Yellow 5", "Blue 2" o "color caramelo", es una señal de alerta. Estos compuestos no sólo son innecesarios, sino potencialmente peligrosos.
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El amarillo 5 (Tartrazina) puede provocar hiperactividad, insomnio, cambios de conducta como agresividad, y está relacionado con asma, alergias, linfomas, tumores de tiroides, TDAH e incluso daño cromosómico.
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El rojo 40 (E129) es un colorante derivado del petróleo que ha sido vinculado con la aparición de cáncer de vejiga en animales de laboratorio cuando se consume de forma crónica.
Por eso, las marcas de croquetas verdaderamente comprometidas con la salud animal no utilizan colorantes artificiales en sus fórmulas. Su prioridad no es el atractivo visual, sino la calidad nutricional, la digestibilidad y el bienestar a largo plazo de tu perro.
La próxima vez que elijas un alimento para tu peludo, recuerda que los colores bonitos no significan salud: significan marketing. Lee las etiquetas con atención y elige con conciencia.
2. Revisa los conservadores
Algunos fabricantes recurren al uso de conservadores sintéticos como el BHA (Butilhidroxianisol) y el BHT (Butilhidroxitolueno) con el objetivo de extender la vida útil del producto y prevenir la oxidación de las grasas, manteniendo así la textura y el sabor de las croquetas durante más tiempo. Estos compuestos funcionan como antioxidantes artificiales y se utilizan no solo en alimentos para mascotas, sino también en productos alimenticios destinados al consumo humano.
Ambos aditivos han sido clasificados como “seguros” para humanos por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), siempre y cuando se utilicen en cantidades muy controladas. Sin embargo, el metabolismo de los perros no es igual al de los humanos, y lo que puede considerarse seguro para una persona no siempre lo es para una mascota, especialmente cuando el consumo es constante y repetido.
Además, no todas las instituciones reguladoras coinciden con la postura de la FDA. Organismos como el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) y estudios independientes han señalado que, particularmente el BHA, podría tener potencial carcinogénico, es decir, estar vinculado con el desarrollo de tumores en animales de laboratorio tras exposiciones prolongadas. El BHT, aunque menos estudiado, también ha sido cuestionado por sus posibles efectos negativos sobre el hígado, el sistema inmunológico y el comportamiento neurológico.
Lo preocupante es que las mascotas pueden llegar a consumir croquetas que contienen estos conservadores hasta tres veces al día, todos los días, a lo largo de años. Esta exposición constante incrementa las probabilidades de que se manifiesten efectos adversos a largo plazo, sobre todo en perros sensibles o con predisposición genética a ciertos problemas de salud.
Por esta razón, es altamente recomendable que al elegir un alimento para tu compañero peludo, optes por aquellos que utilizan conservadores naturales, como:
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Tocoferoles (vitamina E)
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Ácido ascórbico (vitamina C)
Extracto de romero
Estos ingredientes naturales no solo ayudan a conservar el alimento de forma efectiva, sino que también aportan beneficios antioxidantes al organismo del perro, sin representar un riesgo conocido para su salud.
Recuerda: elegir croquetas con ingredientes limpios y conservadores naturales es una forma concreta de cuidar el bienestar de tu perro desde el plato. Tu mascota no elige lo que come, pero tú sí puedes elegir por ella con conciencia y responsabilidad.
3. Analiza los primeros 10 ingredientes de la etiqueta
Cuando revises la etiqueta de una bolsa de croquetas, ten en cuenta que los ingredientes se listan en orden descendente de peso. Es decir, el primer ingrediente es el que más abunda en la fórmula, seguido por el segundo, y así sucesivamente. En la mayoría de los casos, los primeros 10 ingredientes representan entre el 70% y el 90% del contenido total del alimento, por lo que prestar atención a esta sección es esencial para evaluar la calidad del producto.
Dentro de estos 10, los primeros cinco ingredientes tienen un peso especialmente decisivo. Lo ideal es que al menos dos de estos cinco ingredientes sean fuentes claras y específicas de proteína animal de calidad, como “pollo deshidratado”, “carne de res fresca” o “harina de salmón”. Mientras más alto aparezca la proteína de origen animal, mejor será la densidad nutricional de la croqueta y mayor la posibilidad de que tu perro reciba los nutrientes que realmente necesita.
Si al revisar la etiqueta notas que los primeros ingredientes son cereales, especialmente los de bajo valor nutricional como el maíz, el trigo o sus derivados, o bien, encuentras términos ambiguos como “subproductos animales”, “harina de carne” o “proteína animal”, probablemente es un alimento de baja calidad. Estas fórmulas priorizan el volumen y la rentabilidad sobre el valor nutricional, y aunque pueden cumplir con los requerimientos mínimos establecidos por organismos reguladores, no ofrecen lo mejor para el bienestar a largo plazo de tu mascota.
4. Prioriza proteínas bien especificadas
Los perros necesitan una dieta rica en proteína de calidad para mantener sus músculos, órganos y sistema inmunológico en óptimas condiciones. Por eso, al elegir croquetas, identifica qué tipo de proteína contiene, en qué estado se encuentra (fresca, deshidratada, en harina, etc.) y qué parte del animal se ha utilizado. No todos los ingredientes que mencionan “proteína” son iguales, ni ofrecen el mismo valor nutricional.
Asegúrate de que al menos una fuente específica de proteína esté dentro de los tres primeros ingredientes de la fórmula. Eso garantiza que la proteína constituye una parte significativa del alimento, y no sólo una adición mínima.
Ejemplos de ingredientes de buena calidad:
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Pollo fresco: carne entera, aporta proteína de alta digestibilidad y un buen perfil de aminoácidos.
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Salmón deshidratado: rico en ácidos grasos omega-3, ideal para la piel, el pelaje y el sistema cognitivo.
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Cordero deshidratado: excelente fuente de proteína para perros con sensibilidades alimentarias.
Ingredientes a evitar o mirar con precaución:
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Proteína animal: término ambiguo que no especifica qué animal ni qué partes se han utilizado.
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Harina de carne: puede contener tejidos de baja calidad nutricional si no está especificado el origen.
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Subproductos cárnicos o menudencias: suelen incluir órganos de bajo valor, picos, patas, vísceras no aprovechables o residuos de matadero.
¿Y qué pasa con las harinas de proteína?
Las harinas de proteína cuando están bien formuladas y provienen de partes nobles del animal (como carne magra o piel), pueden ser una fuente concentrada y eficiente de proteína. Sin embargo, la calidad de la harina depende completamente de su composición. Algunas están hechas principalmente de tejido conectivo, huesos o residuos, lo que reduce su valor nutricional y digestibilidad. Por eso es tan importante que el origen esté bien especificado.
Dato importante:
El pollo es una excelente fuente de proteína, pero también es uno de los ingredientes más comunes en las croquetas, lo que ha llevado a que muchos perros desarrollen alergias o intolerancias a él. Si tu peludo presenta problemas digestivos, piel irritada o comezón, puede valer la pena considerar una proteína alternativa como cordero, salmón o pato.
5. Modera los carbohidratos y evita cereales de baja calidad
Existe una creencia común, alimentada por el marketing de muchas marcas, de que los perros necesitan cereales como el arroz, el maíz o el trigo en su dieta diaria. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Los perros, aunque técnicamente son omnívoros facultativos, tienen un sistema digestivo adaptado para procesar una dieta basada en carne. Es decir, son carnívoros por naturaleza. Si bien pueden digerir ciertos carbohidratos, su requerimiento real de carbohidratos es bajo, y los que necesitan pueden obtenerse fácilmente de fuentes más digestibles y nutritivas como algunas frutas o verduras. No es indispensable, ni mucho menos ideal, que su dieta esté compuesta mayoritariamente por granos.
Los carbohidratos no son el enemigo, pero su exceso puede generar sobrepeso, problemas digestivos o alergias. Las marcas de croquetas agregan cereales para tener más volumen a bajo costo y utilizan maíz o trigo como relleno, perjudicando la salud de tu mascota.
Una marca que realmente se preocupa por las mascotas, utiliza cereales integrales como arroz integral, avena, o quinoa, y en pequeñas cantidades.
Cuidado con ingredientes ambiguos como:
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“Cereales y sus derivados”
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“Granos procesados”
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“Subproductos vegetales”
6. Consulta el análisis garantizado
Esta sección de la etiqueta te dice cuánta proteína, grasa, fibra y humedad contiene el alimento. Busca croquetas que tengan un contenido elevado de proteína, preferentemente por encima del 25% (aunque puede variar según la etapa de vida y nivel de actividad del perro).
Tip: Cuanto más natural y específico sea el origen de la proteína, mayor será su aprovechamiento por parte del organismo de tu perro.
7. Busca croquetas con beneficios nutricionales extra
Además de revisar que las croquetas cumplan con los criterios básicos de calidad: proteínas bien especificadas, ausencia de colorantes y conservadores artificiales, y bajo contenido de carbohidratos, un excelente plus es elegir un alimento que aporte beneficios nutricionales adicionales. Estos ingredientes funcionales no solo nutren, sino que también ayudan a prevenir enfermedades, fortalecen el sistema inmunológico y promueven el bienestar integral de tu mascota a lo largo del tiempo.
Algunos de los mejores ingredientes funcionales que puedes encontrar en croquetas de alta calidad son:
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Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos beneficiosos (como Lactobacillus o Bifidobacterium) y son ideales para: -
Buena digestión.
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Mejorar la absorción de nutrientes.
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Reforzar el sistema inmune.
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Útiles en perros con diarreas frecuentes, alergias alimentarias o sensibilidad digestiva.
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Prebióticos
Son fibras vegetales (como la inulina o los fructooligosacáridos) que alimentan a los probióticos: -
Estimulan el crecimiento de bacterias buenas.
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Controlan el olor de las heces.
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Mejoran la consistencia y regularidad del tránsito intestinal.
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Aceite de salmón (Omega 3 y 6)
Fuente natural de ácidos grasos esenciales, particularmente EPA y DHA. -
Favorecen una piel sana y un pelaje brillante.
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Reducen inflamaciones articulares (excelente para perros mayores).
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Ayudan al desarrollo neurológico y cognitivo en cachorros.
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Apoyan la salud cardiovascular y renal.
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Antioxidantes naturales
Combaten los radicales libres, que son responsables del envejecimiento celular y muchas enfermedades degenerativas. Los antioxidantes refuerzan el sistema inmunológico, la salud ocular, cerebral y cardiovascular. Son ingredientes como: -
Tocoferoles (vitamina E)
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Ácido ascórbico (vitamina C)
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Extracto de romero
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Polifenoles naturales (de frutas y verduras como arándanos, espinaca o zanahoria)
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Otros ingredientes funcionales que suman puntos:
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Glucosamina y condroitina, que protegen las articulaciones.
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Alga espirulina o cúrcuma, por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
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L-carnitina, útil para el control de peso y la salud muscular.
Elegir bien es un acto de amor.
La comida es uno de los pilares más importantes de la salud de tu perro. Una alimentación adecuada puede marcar la diferencia entre una vida con enfermedades recurrentes o una vida llena de energía, longevidad y vitalidad.
Revisa las etiquetas. Compara. Pregunta. Infórmate.
No te dejes llevar solo por la publicidad o la disponibilidad. Tú conoces mejor que nadie las necesidades de tu mejor amigo. Y ahora también sabes qué buscar en sus croquetas.
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